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El lied es poesía: es palabra entonada, letra convertida en canto. Pero es, sobre todo, vivencia compartida. Es texto que adquiere un nuevo sentido al impregnarse de sonido. Es intersección entre el universo del poeta y el mundo imaginativo del compositor: un encuentro que revive en cada interpretación, cada vez en que un piano y una voz se vuelven a reunir.
Interpretar páginas como éstas supone inevitablemente una verdadera vivencia compartida: una vivencia para los intérpretes, pero también para quienes se acercan a ellos. Porque ésta es música cercana: una música íntima y personal, que busca oÃdos no menos cercanos. Y ése es el clima que impregna esta grabación, que con tanta felicidad presentamos al mundo quienes conocemos a Marta Garcia y a Jordi Humet. Pocas veces una pareja en el arte y en la vida suscita tan unánime aprecio en lo personal y en lo profesional. Y es imposible separar lo uno de lo otro al escuchar este primer disco suyo en común.
Una grabación como ésta representa una puerta de acceso a la dimensión privada de la que proceden estas joyas. Pero no son las obras las que se abren al mundo: somos nosotros que, durante un instante, tenemos el privilegio de acceder a ese espacio íntimo y acercarnos a esa realidad interior de la que proceden. Esa misma realidad que día tras día, interpretación tras interpretación, les aporta vida y sentido.
